En estas fechas cuando ya casi finaliza el año 2022 y nos reunimos en familia para celebrar la Navidad, con mucha tristeza tuvimos que despedir para siempre a un gran radiólogo y humanista, pues el pasado día 19 de diciembre D. Francisco dejaba de existir, a los 86 años de edad, en Santa Cruz de Tenerife
En estos dolorosos momentos surge en mi mente como un rayo que no cesa, conformado por ese haz de electrones que él supo manejar tan hábilmente, la radiografía de su relevante vida académica y profesional. D. Francisco Toledo nace en Santa Cruz de La Palma el 10 de abril de 1936, licenciándose en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid en 1961, no obstante, se doctoró en ambas materias por nuestro Primer Centro Docente lagunero
Al finalizar la mencionada carrera, como ya hemos apuntado, en la capital de España (1961), comenzó a realizar las prácticas en el Hospital de Dolores de su tierra natal, bajo la tutela e influencia de dos eminentes médicos, de su propio padre, Don Francisco Toledo Pérez, y del que sería su suegro, Don Amílcar Morera Bravo.
Aquel doctor veinteañero con ansias de seguir aprendiendo, continúo su formación de internista, durante 1 año, en los Servicios de la Clínica de La Concepción en Madrid y después marcha becado por el Cabildo, al Instituto de Cardiología de Londres donde permanece 6 meses formándome en esta rama que trata de las patologías del corazón.
Pero aquí no se detuvo la actividad del joven Dr. Toledo, de modo que ya en la treintena, en 1968, decide marchar a Estados Unidos para perfeccionar la especialidad de Radiología en la Universidad de Michigan con un contrato bajo el brazo que le designaba facultativo en el hospital Saint Joseph Mercy. Persona inteligente y aplicada, supera con alta calificación la prueba del Foreing Medical, el Certificado Europeo de Radiología Clínica, obtenido mediante examen a nivel europeo, en 1979, sin obviar que con anterioridad (1973) había aprobado, en Washington, el ejercicio que le otorgaba el Certificado de la Comisión Americana de Radiología (American Board).
Con todo aquel bagaje de conocimientos adquiridos en el extranjero, tras un lustro de formación, con el sentimiento que los canarios profesamos a nuestra patria chica, decide volver a nuestro Archipiélago y al regresar de Estados Unidos (1973), asume el cargo de Jefe de del Servicio de Radiología en el Hospital General de Tenerife, llegando a ser catedrático de Radiología.
Pero D. Francisco Toledo no solo fue un excelente radiólogo, sino también un extraordinario humanista. Conversar con el Dr. Toledo nos introducía en un túnel sin salida de inmensos saberes. Era genio y figura. Tenía un fuerte carácter que endulzaba su lado más humano, de modo que su valía hizo que fuese nombrado académico numerario de la Real Academia de Medicina de Santa Cruz de Tenerife, hoy de Canarias, y, a su vez, académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Medicina.
Caballero infatigable y polifacético donde los hubiere, por su rigurosa y variada tarea investigadora, pues tanto hablaba de un tema de su especialidad como de la representación de la mujer en la pintura, etc…, recibió numerosos premios entre los que destacan particularmente el Premio Extraordinario de Doctorado por su tesis: Maduración ósea de la población canaria, así como el otorgado por la Real Academia de Medicina de Santa Cruz de Tenerife, y el premio de Investigación de la Sociedad Europea de Radiología por sus trabajos en Densitometría Ósea. Sin embargo, por su facilidad de palabra, no solo fue organizador, sino también ponente en múltiples Congresos nacionales e internacionales, habiendo publicado once capítulos de libros y más de un centenar de artículos en revistas de ámbito estatal o foráneo, sin olvidar la dirección de numerosas tesinas y tesis doctorales. Recordemos algunas de sus obras de interés público:
“Historia de los rayos X en Canarias”; “Historia de la Medicina Palmera”; «La Medicina Social del siglo XX en la Isla de la Palma”. “Medicina y Literatura. Un eslabón indisoluble” “Atlas de referencia de maduración ósea en la población canaria”
Además, su sapiencia era conocida hasta el punto de ser invitado en 158 ocasiones con el propósito de que participase como conferenciante, moderador, organizador o ponente, aparte de contar con su experiencia para que formase parte de tribunales de distintas categorías, a saber: profesores titulares, catedráticos y doctores en Radiología.
Por su arrolladora personalidad y dotes de mando, contaron con él para ocupar puestos de responsabilidad, tales como vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Radiología y miembro de la Comisión Nacional de esta especialidad, y, por descontado, Presidente de la Sociedad de Radiología de Canarias. En síntesis, el Dr. Toledo Trujillo pertenecía a infinidad de instituciones y organizaciones, sirvan de ejemplos el comité editorial de la revista Monografías de diagnóstico por imagen; de la American Medical Association; de la World Medical Association y de la Sociedad Europea de Radiología, así como miembro fundador de la Asociación de Profesores Universitarios de Radiología y Medicina Física (APURF).
Por sus deseos de trabajar con otros colegas, le surge la idea, ya en la cuarentena, de crear un establecimiento sanitario de su especialidad, y fue así como, en 1980, funda el Centro de Radiología Diagnóstica junto a Gregorio Paz Lorenzo y, la que suscribe estas entrañables líneas con el más afectuoso de los recuerdos, Mercedes Cruz Díaz, quienes además de desempeñar los cargos de Jefes de Sección en distintas áreas de la Radiología del Hospital Universitario de Canarias, contribuyen de manera activa a la enseñanza en la Facultad de Medicina de la Universidad de la Laguna como profesores del departamento de Radiología.
En su faceta personal, D. Francisco, un facultativo absolutamente inmerso en su trabajo cotidiano, también tuvo tiempo para enamorarse y contrajo matrimonio con una joven palmera, con la que tuvo tres hijos, el mayor de ellos, Francisco Manuel Toledo Morera, quien cuando ya despuntaba como buen cirujano falleció trágicamente en accidente de tráfico, algo que marcó para siempre su existencia, pero supo llevar esta desgracia con resignación.
Destacó por ser un lector empedernido de todo tipo de lectura y un amante de la informática. Lo consideré un padre para mis hijos, en este sentido recuerdo que fue a comprar con mi hijo Sergio, hoy Ingeniero Informático, su primer ordenador, y, en lo que a mí respecta, fue maestro y amigo, pues me eligió para fundar el Centro de Radiología Diagnóstica y me animó a progresar como radióloga en el Hospital Universitario de Canarias, en la Facultad de Medicina y en la Real Academia de Medicina de Canarias, donde he llegado a ser la primera mujer Académica de Número, de todo ello se desprende su criterio de igualdad entre los seres humanos.
Lo echaremos de menos en la Academia de Medicina, foro en el que siempre tuvo comentarios y respuestas agudas y, en ocasiones, con cierto sentido del humor. Esta Real Institución pierde uno de sus más entusiastas colaboradores.
El escritor y orador romano, Cicerón, dijo que la vida de los que ya no están entre nosotros permanecerá en la memoria de los vivos, por eso siempre estará entre mis más gratos recuerdos con el máximo agradecimiento D. Francisco Manuel Toledo Trujillo, una figura carismática, un eminente especialista y un gran humanista.
Descansa en paz maestro y amigo
Dra. M. Mercedes Cruz Díaz
Radióloga. Especialista en Tórax y Mama
Santa Cruz de Tenerife