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Cáncer de mama: Todo lo que debes saber (2)

Este artículo es la segunda parte de Cáncer de mama: Todo lo que debes saber (1).

El cáncer de mama es ya el tumor más diagnosticado del mundo, superando por primera vez al cáncer de pulmón, según datos publicados en 2021 por el Centro de Investigaciones sobre el cáncer (IARC, por sus siglas en inglés).

Con una estimación de 2,3 millones de diagnósticos en 2020 (un 11,7% del total) según un informe reciente de la OMS, se acaba de convertir en el cáncer más común del mundo.

El cáncer de mama supera al de pulmón y se convierte en el más común del mundo

Que sea el cáncer con mayor incidencia obedece principalmente a “una conjunción de diversos factores”, tal y como señala Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital General Universitario de Elche. Entre ellos, el médico destaca, por un lado, “un mayor diagnóstico por las técnicas de cribado poblacional”, y por otro, factores sociales como el envejecimiento de la población, el retraso de la maternidad, la menor lactancia materna, el no tener descendencia, tomar la píldora anticonceptiva, tener la primera menstruación a una edad temprana y una menopausia más tardía. También la “obesidad, el sedentarismo, el consumo de alcohol y las dietas inadecuadas” han jugado un papel relevante.

La buena noticia es que las cifras de mortalidad son cada vez más bajas: en nuestro país, la tasa de supervivencia global es el 85, 5% a los cinco años del diagnóstico de este tumor.

La mayoría de los estudios están enfocados sobre todo a mejorar los tratamientos, que varían principalmente en función del subtipo de cáncer de mama.

Se diferencian tres tipos de tumores en función de si expresan o no los receptores de estrógeno, progesterona y/o HER2. Cristina Saura, jefa de la unidad de cáncer de mama del Departamento de Oncología Médica del Hospital Universitario Vall d’Hebron (VHIO) e investigadora principal del grupo de cáncer de mama y melanoma del hospital, explica: “El subgrupo más frecuente es el tumor luminal, que tiene expresión de receptores de estrógeno o progesterona. Representa el 70% de los tumores que se diagnostican”.

El segundo tipo de tumor por frecuencia es el subgrupo HER2-positivo que, independientemente de si expresa los receptores de estrógeno o progesterona, sobreexpresa el HER2. Estos tumores, que afectan al 15% de las pacientes, suelen crecer más rápido que los demás, y se suelen tratar, además de con quimioterapia, con fármacos que bloquean esta proteína.

La gran revolución en el tratamiento de estos tumores llegó hace tan solo unos años, con la aprobación de los inhibidores de ciclo celular —los populares palbociclib, ribociclib, y abemaciclib—, que forman parte de lo que se conocen como “terapias dirigidas”. En el caso de estos inhibidores, evitan la proliferación de las células y reducen así la progresión de la enfermedad, lo que “ha permitido un control duradero de la enfermedad en estadios avanzados, así como una mayor supervivencia de las pacientes, y además un retraso en el uso de quimioterapia, con el consiguiente beneficio en la calidad de vida”, indica Rodríguez-Lescure. Actualmente andan probándose también “en estadios iniciales” de la enfermedad, apunta Saura, para observar hasta qué punto son ahí tan efectivos para prevenir recaídas de la enfermedad.

La gran revolución en el tratamiento de estos tumores llegó hace tan solo unos años, con la aprobación de los inhibidores de ciclo celular, que forman parte de lo que se conocen como “terapias dirigidas”.

Para ello se han utilizado históricamente anticuerpos, pero en los últimos años se está investigando el potencial de los fármacos inmunoconjugados (ADC, por sus siglas en inglés), una especie de quimioterapias que se dan unidas a un anticuerpo que reconoce el HER2. Esto permite que el tratamiento pueda liberarse en el interior de las células tumorales en vez de en la sangre, lo que hace que “podamos utilizar más dosis de quimioterapia y a la vez sea menos tóxica”, señala Saura.

Aunque este tipo de fármacos ya llevan unos años aprobados para casos de tumores HER2-positivos, como el T-DM1, “se ha encontrado otro, el trastuzumab-deruxtecan, que utiliza esta tecnología, pero es mucho más activo”, asegura Saura. De hecho, este nuevo tratamiento ha sido recientemente aprobado por la Agencia Europea del Medicamento, “y estamos pendientes de que llegue pronto a España”. Junto a este hay otro fármaco muy prometedor, el tucatinib, un inhibidor de HER2 que ha demostrado “un beneficio en control de enfermedad y en supervivencia de las pacientes con enfermedad cerebral”, y por el que los médicos están “muy ilusionados”, concluye Saura.

El último subgrupo de tumor es el triple negativo, que se llama así porque no sobreexpresa ninguno de los tres receptores. Afecta al 10% de las pacientes, pero es el que más preocupación genera entre la comunidad científica por estar asociado a una menor supervivencia —en estadios avanzados, menos del 15% de las pacientes sobreviven más allá de 5 años—. Cuenta, además, con un menor arsenal terapéutico: “Necesitamos de forma urgente nuevas opciones de tratamiento eficaces para nuestras pacientes”, apunta Rodríguez-Lescure.

Lo más novedoso en esta área es curiosamente la inmunoterapia, que aunque en el cáncer de mama en general no parece ser tan efectiva como en otros tumores, parece estar arrojando buenos resultados tanto en pacientes metastásicas como en aquellas con enfermedad precoz.

Alternativas a la mamografía

De todos los retos a los que se tiene que enfrentar el cáncer de mama, los médicos consultados consideran que mejorar la detección precoz es de lo más urgente: “Deberíamos poder diagnosticar los tumores antes, porque sabemos que la oportunidad de curación de las pacientes es cuando la enfermedad se diagnostica localizada”, urge Saura.

De momento, la principal forma de detección precoz del cáncer hasta la fecha sigue siendo la mamografía que, según Rodríguez-Lescure, “ha demostrado reducir la mortalidad hasta un 40% en mujeres de 50 a 69 años”. Sin embargo, en los últimos años la eficacia de esta prueba de diagnóstico se ha puesto en entredicho, y todos los expertos coinciden al afirmar que la reducción de mortalidad que produce es, en cualquier caso, insuficiente.

Por eso, la ciencia también invierte tiempo y dinero en buscar una prueba eficaz de screening, no solo para la población en general, sino sobre todo y muy especialmente para pacientes que ya han pasado la enfermedad: “Llevamos haciendo lo mismo que hacíamos hace 20 años, que es que la paciente, tras la cirugía, se hace una mamografía cada tres o seis meses, y si aparece dicha recaída la tratamos”, señala Miguel Ángel Quintela, jefe de la Unidad de Investigación Clínica de Cáncer de Mama del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). “Sin embargo, para cuando los médicos la detectamos, ya estamos actuando tarde: el tumor ya ha crecido mucho y se ha diseminado”, lamenta el experto.

De todos los retos a los que se tiene que enfrentar el cáncer de mama, los medicos consultados consideran que mejorar la detección precoz es de lo más urgente.

Para llegar antes, la gran promesa es la biopsia líquida, un análisis de sangre que busca detectar genes mutantes del cáncer antes de que este sea visible por otros medios. “Ya hay datos que demuestran que las pacientes en las que se empieza a detectar ese ADN mutado están a punto de recaer”, apunta Quintela.
El problema de la biopsia líquida es que aún no goza de suficiente sensibilidad, lo que hace que muchas pacientes sigan recayendo sin que se haya detectado evidencia alguna de ADN tumoral en la prueba. Aun así, los médicos son optimistas respecto al desarrollo de la técnica, y prevén que poco a poco su sensibilidad vaya aumentando. “Esto permitirá detectar este ADN tumoral en la gran mayoría de pacientes”, concluye el experto

Mientras que el número de casos y las tasas de incidencia aumentan lentamente, el número de muertes está estabilizado en nuestro país, y las tasas de mortalidad descienden debido, sobre todo, a un mejor resultado de los tratamientos y a la detección precoz de esta neoplasia.

Por último, a pesar de ser, como indicábamos, la primera causa de muerte por cáncer en mujeres, la supervivencia de las pacientes sigue en ascenso gracias a las terapias y los avances sobre la enfermedad.

Con relación a la “prevención” del cáncer de mama es importante que sepas que no existe prevención del cáncer de mama por eso es tan importante para ti la detección precoz del cáncer de mama.

 

Dra. Mercedes Cruz Díaz
Centro de Radiología Diagnóstica SLP
Jefa de Sección de Radiodiagnóstico del HUC
Profesor asociado en la Facultad de Medicina
de la Universidad de la Laguna

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